Saturday, October 30, 2010

"La Cueva y El Fracaso" ¡ Lea Vale la Pena!


David sabía lo que era el fracaso. Pasó cerca de diez años corriendo por su vida en el desierto. Desde la perspectiva humana y natural parecía que las promesas de Dios para él nunca se realizarían. Aprendió allí en la cueva a "fortalecerse su Dios"(1 Samuel 30:1-6). Aprendió a lidiar con sus fracasos enfrentando honestamente su desaliento y su desánimo (Salmo 142:1-2). ¿Sabía usted que en medio de su fracaso se le permite quejarse ante Dios? ¿Lamentarse? ¿Clamar y gemir? ¿Gritar tu dolor? Algunos esconden el desaliento y el fracaso, algunos lo disfrazan con falsas sonrisas pero fracasar no tiene que avergonzarte, el fracasar no te hace un fracasado, sólo has tenido una experiencia de fracaso. Cuando David se fortaleció en Dios aprendió otra lección en medio de su cueva: tengo que tomar acción, algo debo hacer, buscaré la voluntad de Dios, inquiriré qué paso debo dar. David se levantó y buscó respuestas. Cuando estamos preocupados por algún fracaso, lo más destructivo que podemos hacer es, ¡NO HACER NADA! Quedándome dentro de la cueva ahogándome no es la mejor alternativa. Cuando tomamos la acción correcta para enfrentar nuestra cueva, nuestro fracaso, le estamos robando el poder que dicho fracaso tiene sobre nosotros. David nunca razonó:"Bueno parece que viviré el resto de mi vida en esta cueva. Mejor es que me vaya acostumbrando, déjame preparar una cama y adornar bien mi cueva. Después de todo no me sorprende que las cosas no me hayan salido como me dijeron, después de todo soy un fracasado". ¡No!


La dolorosa experiencia del fracaso puede ser el mayor motivador de tu vida. "Correr la mejor carrera que tú puedas, entregarle todo lo mejor de ti a esa carrera y ganar…eso es glorioso. Correr la carrera, dar lo mejor de ti y perder…eso es doloroso, pero no es fracaso. Fracaso es negarte a correr la carrera". ¿Otra lección de la cueva? Tomar el tiempo y tener el valor de aprender del fracaso porque el fracaso está atado al aprendizaje. Tratar y fracasar, aprender del proceso y tratar otra vez resulta mejor que esperar por la perfección total en el primer intento. La cueva es donde podemos aprender del fracaso y seguir los planes de Dios.

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